Ante
este escenario tan irreal uno se pregunta: "¿Por qué las personas caen en
la trampa de las redes cúlticas? ¿Qué razones puede tener una
persona para entregar su voluntad y su mente
a un psicópata?"; sobre todo cuando en esa
entrega se pierde más de lo que se gana?
Pues
bien, las razones son siempre personales.
Por eso podemos decir que hay tantas razones
como personas. Sólo podemos mencionar
algunas de las razones más frecuentes y
comunes. Pero advertimos que este listado
que presentamos no es final ni completo. Es
sólo una muestra.
RAZONES PARA ENTRAR EN UN CULTO PELIGROSO:
1.
Soledad. El ser
humano es, por naturaleza un ser social y
sociable. La soledad es necesaria, sí, pero
la compañía de otros seres humanos es
también esencial para nuestra salud física y
psicológica. Todos deseamos compartir y ser
comprendidos. Esto lo saben muy bien las
sectas. Por eso anuncian sus ideologías como
la solución a la soledad: ofrecen amor,
compañía, comprensión, amistad, etc. Se
presentan como un grupo de personas que
están dispuestas a cerrar filas por ti, a
acompañarte en las buenas y en las malas.
Las personas que entran en las sectas se
sienten inmediatamente acogidas como los
protagonistas de una aventura única a la que
sólo tienen acceso los elegidos. Lo que no
se les informa es que estos ofrecimientos no
son gratuitos. Te exigen obediencia ciega,
lealtad a costa de lo que sea. Sin embargo,
la solidaridad y compañía que ofrecen es
percibida por el adepto como honesta porque
está ciego y es continuamente engañado.
2.
Afán de novedad,
de experiencias fuertes, de soluciones
rápidas y fáciles, de éxito. Hay está de
moda todo lo mágico, lo esotérico, lo
parapsicológico, lo ufológico. Todas estas
novedades provocan sensaciones nuevas y
fuertes, casi violentas, estimulan el morbo.
A través de ellas se pretende ofrecer
respuestas a todas las preguntas e
inquietudes de forma fácil y rápida. Los
cultos saben lo que la gente quiere y se lo
ofrecen con bombas y platillos.
3. Pérdida
de valores. Se predica que los valores
tradicionales son viejos y han demostrado su
incapacidad para hacernos felices. Por eso
hay que tirarlos a la basura y sustituirlos
por otros que, por nuevos, son mejores. Hoy
día está generalizada la idea de que lo
nuevo es mejor que lo antiguo... aunque lo
nuevo no sea más que la apariencia renovada
de lo que ya conocían nuestras abuelas.
4. Falta de expectativas.
Las personas quieren la felicidad aquí y
ahora. Las expectativas
no se posponen por nada ni por nadie. No se
quiere pasar trabajo ni esperar mucho
tiempo. Vivimos en la era de lo inmediato y
por eso lo queremos todo rápido En las
sectas las personas buscan renovar su fe y
su esperanza con paradigmas que les
actualicen las promesas del mundo feliz aquí
y ahora.
5.
Falta de
información. En este siglo caracterizado por
las comunicaciones y el exceso de
información parece contradictorio señalar
ésta como una razón para entrar en las
sectas. Lo que sucede es que, precisamente
el exceso de información ha provocado
desinformación, lo que en antropología se
llama entropía cognitiva. Tenemos acceso a
tanta información para tomar decisiones
tantas opciones a nuestro alcance que esto
mismo nos atrofia y obnubila. Por otro lado,
la presión social nos exige estar siempre
bien informados. Pero como nos gusta lo
fácil y rápido, no queremos perder tiempo en
informarnos. Encontramos más ventajoso que
un líder que se muestra comprensivo con
nuestras necesidades esté dispuesto a lograr
lo mejor de nosotros tomando él las
decisiones y los riesgos. Él pasa el
trabajo, y el adepto se limita a obedecer.
6.
Crisis. Todas las
personas hemos pasado y pasaremos alguna vez
por crisis ya sean por fracaso escolar,
pérdida de un ser querido, problemas con los
padres, etc. Hay que hacer comprender a los
jóvenes que estas crisis no son condiciones
humanas sino problemas, situaciones que, aún
cuando despierten hastío, tristeza o
depresión y, como tales, pasajeros.
Cualquier situación límite de este tipo
provoca un debilitamiento psicológico en las
personas que las hace más susceptibles de
caer en el engaño, y más cuando se fragua en
la promesa de salir de la crisis.
¿QUIEN ES SUSCEPTIBLE DE
CONVERTIRSE EN UN ADEPTO O DEVOTO?
Cualquier persona es susceptible de caer en
las redes cúlticas
No se trata de inteligencia, ni de edad, ni
de posición social o económica
No se trata de nivel educativo
A la luz de lo antes mencionado, cualquier
persona puede caer en las redes cúlticas.
Las personas que entran a los cultos no
tienen un perfil determinado. No hay ninguna
condición humana, ni ningún rasgo de
personalidad que haga más susceptible a una
persona que a otra para entrar a un culto.
No se necesita ser ni más inteligente ni más
guapo no más rico para entrar.
Lo que
sí pueden ser razones para entrar a un culto
son algunas situaciones personales de crisis
como las que acabamos de mencionar: soledad,
afán de novedad, pérdida de valores, falta
de expectativas, falta de información,
crisis, etc.
¿Cuáles son las características de
personalidad del líder sectario y como puede
someter a tantas personas a su servicio?
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