Algunos agentes de bienestar infantil consideran al
complejo un nido de abuso sexual, con niñas que se
encuentran en la pubertad, casadas con hombres mucho
mayores y obligadas a tener hijos. La niña que hizo
la llamada inicialmente el 29 de marzo de 2008, a las 11:32
p.m., pidiendo ayuda para poder escapar del rancho
con su bebé de 8 meses aproximadamente, expresó que
3 años atrás sus padres la dejaron en el rancho para
ser indoctrinada y a los 2 años, cuando tenía los 15
años, tuvo que casarse con un hombre de
aproximadamente 49 años, convirtiéndose en su
séptima esposa. Poco después de casarse comenzó a
ser abusada por su esposo espiritual. Los adeptos
varones no se casan legalmente, sino espiritualmente
pudiendo escapar así de los cargos de bigamia, de lo
que no pueden escapar es de los cargos por abuso
sexual con un menor de edad. Ella, al igual que otras
mujeres que han denunciado a la secta públicamente,
alegó que cada vez que su esposo se enojaba la
golpeaba hiriéndola bastante.
La niña contó que su esposo le pegaga en
el pecho y que aveces intentaba ahorcarla, que cada vez que
le pegaba una de sus esposas le cogía el bebé para
protegerlo. Ella confesó que la última vez que le
golpeó fue el pasado Domingo de Pascua del 2008.
Contó que una vez llegó a golpearle tan
fuertemente que una vez le rompió las costillas, por
lo que fue trasladada al hospital, al cual ellos
asisten y que el
doctor le cubrió el torso con un vendaje y le dijo
que lo tomara suave por unos días. Ella alegó que su
esposo la
hería obligándole a tener relaciones con él. Ella
dijo tener varias semanas de embarazo.
Explicó que no podía salir de los predios del
rancho YFZ de la iglesia fundamentalista (FLDS), tan solo lo podía hacer si era para pedir cuidado médico y
su esposo es el que la lleva junto a otra mujer del
rancho al centro médico, la mujer la acompañaría en todo momento. Osea
ella se encuentra en constante vigilancia. Ha estado planificando en secreto cómo escapar
pretendiendo estar enferma, en necesidad de cuidado
médico; pero le impide hacer nada el que no le
permiten llevar a su bebé con ella, a menos de que
él esté enfermo también.
Ella llamó utilizando el
celular de otra muchacha, la cual le exigió hacerlo
en extremo silencio por miedo a ser escuchada y
terminar con serios problemas. Ella dijo además que
ella no puede tener contacto con sus padres y que
estos no viven en la secta tejana, ella quiere informarles que
no desea seguir viviendo en el rancho. Esto fue lo
que ella informó en su primera llamada. El 30 de
marzo, ella volvió a llamar y dijo que un residente
varón se casó en unión espiritual con ella y que el
hombre tenía otras 3 esposas viviendo en el rancho.
Que ella pudo llamar porque su esposo se fue del
rancho y ha estado en el mundo exterior por un largo
período de tiempo, pero que ella no sabe a donde fue.
Ella estaba enclaustrada en el rancho en contra de
su voluntad y había sido amenazada de ser encerrada
si la descubrían intentando escapar. Además los demás
adeptos le habían estado aterrorizando diciéndole
que si salía fuera del rancho, la gente del mundo
exterior le harían daño, que la forzarían a cortarse
el cabello, a llevar maquillaje y a vestir como la
gente del mundo,
para que tuviese
relaciones sexuales con muchos hombres. La niña
también expresó preocupación porque los papás de
ella están planificando enviar a su hermana de 15 años
al rancho. Pero al final de la llamada
comenzó a llorar y después comenzó a decir que ella
estaba bien y feliz; que no quería meterse en
problemas mayores y que más bien debían olvidar todo
lo que les había dicho.
Algo tan sencillo como cambiar la apariencia para
las niñas es algo verdaderamente aterrorizador para
ellas. La reja del complejo no es la única cadena
para la mujer sectaria. Existe también el uniforme
que las aprisiona - yardas de tela rosada y azul,
cabellera larga y zapatos ortopédicos horribles.
Los estilos de ropa y peinados dentro de esta secta podrían llenar una libreta
completa de antropología. Se puede
modificar la conducta de una persona, tan solo
cambiando su vestimenta y apariencia. Puedes cambiar
la conducta de una persona poniéndole cierto tipo de
atuendo o disfraz. La vestimenta es realmente un
uniforme donde todos tienen que vestir de la misma forma.
Ninguna persona puede lucir nada único y especial
que le distinga como individuo. El propósito es
lograr el que todos los miembros formen simplemente
una pieza que compone la totalidad del grupo;
creándose una distinción entre ellos y el resto de
la población externa a la secta.
Janet Bennion, la profesora de
antropología de la Universidad 'Lyndon State', en
Vermont, que ha estudiado a los
mormones fundamentalistas polígamos, asegura que el hacer vestir a todos los adeptos de la misma manera
es para lograr mayor solidaridad. El uniforme crea en ellos
cierta sensación de unidad, pero sobre todo
representa para el líder sectario una garantía de su
control sobre los miembros. Diversos expertos, dan
una explicación diferente al fenómeno. Según Paul
Reeve, profesor de historia de la Universidad de
Utah, el propósito es el aislamiento. Desde la
perspectiva de un miembro sectario; si la persona
cree ser de los escogidos de Dios, el materialismo
de este mundo no importa mucho.
Muchas familias
fundamentalistas mormones independientes de los
grupos sectarios no llevan el uniforme de los
polígamos. El asunto del uniforme es cuestión de
poder y control-sumisión. El uniforme los enclaustra.
Las reglas sobre la vestimenta surgen a raíz del acecho de
"Short Creek", en
el 1953. Anteriormente, los polígamos vestían
al igual que el resto de la población; pero a raíz
del allanamiento del 53', intentando el líder
sectario alcanzar mayor seguridad y solidaridad,
levantó ciertas reglas, como el que las mujeres
tenían que usar siempre camisas de manga larga, con
el cabello siempre recogido y sin pollina; pero no
fue hasta que Warren Jeffs tomó el control de
Hildale y Colorado City, cuando se impuso el que
todos los sectarios, incluyendo los niños, llevasen
ropa interior larga y blanca, todo el año y las
mujeres vistieran al estilo del viejo oeste,
siguiendo el modelo de los atuendos que se
utilizaban para el tiempo del fundador de la Iglesia
de Jesucristo de los Ultimos Días, Joseph Smiths, en
el siglo XIX.
Las distintas comunidades polígamas han
evolucionado diferente en cuanto a su código de
vestimenta. Esa es una de las razones por la cual el
grupo "Centennial Park" se separó de las
ciudades de la frontera, Hildale en Utah y "Colorado City"
en Arizona, en el 1980; por desacuerdos respecto a la vestimenta. Los
líderes de "Centennial Park" permitían que sus
mujeres mostrasen los tobillos, llevasen pantalones,
maquillaje y prendas. Las mujeres de
"Kingston" visten en mahones y se maquillan.
Las mujeres de
la secta tejana 'YFZ'
se enclaustran ellas mismas, a través de la ropa. Visten
largas faldas propias del viejo oeste en Norte
América, siglos atrás, cosidas por ellas mismas.
Cuando Jeffs tomó el control de las dos ciudades de la frontera, el levantó un estricto
código de vestimenta, junto a la prohibición de ver
televisón, irse de pesca y de jugar baloncesto. Se
supone que los miembros estén cubiertos con ropa,
desde el cuello hasta los tobillos. Las mujeres
tienen que vestirse con tres capas de ropa de nilón,
por lo general bajo un fuerte calor de 100 grados,
pues su ropa interior no debe distinguirse, a través
de las telas. El color de las telas de sus vestidos
tienen que ser colores pasteles (debido a que el
espíritu de Dios no puede residir en colores vivos).
No pueden utilizar el negro, impresiones con colores
ni el rojo (vestir de rojo es una afrenta, pues rojo
está reservado para Cristo). Las mujeres no pueden
caminar en sandalias o en tacos, puesto que la mujer
no debe desear distinguirse, sobresalir ni ser
hermosa, tiene que buscar ser invisible y sumisa a
los deseos de su esposo. Como resultado modas
especiales y peinados fueron desarrollados y se
mantendran por generaciones. Los adeptos mujeres tan
solo pueden soltarse el cabello para el placer de
sus esposos, en su intimidad.
Varias mujeres de
mayor edad aún llevan la onda, el cabello torcido en
una onda grande sobre su frente. Mientras más alta y grande
sea la onda sobre la frente, mayor rectitud moral
respecto a la doctrina sectaria demuestra la mujer y
por lo tanto, mayor honra. En la misma manera, en la
medida en que la mujer tenga mayor cantidad de hijos,
mejor es su distinción y mayor honra dentro de la
secta. En otras palabras a mayor sumisión, mayor
respeto y reconocimiento dentro de la secta. La
mujer sectaria se somete buscando mayor aceptación,
preferencia y mejor trato por parte de su esposo.
Por otro lado, las reglas para los hombres no son
igualmente restrictivas; tan solo se les pide el que
lleven camisas de manga larga, las camisas
abotonadas hasta abajo y pantalones largos. Las
camisas a cuadros es aceptable, pero el color rosa
en la ropa de los hombres no es aceptable y deben
estar bien afeitados.
Para mantener a las mujeres sometidas a estos
estilos de ropa y reglas estrictas levantan largos
discursos criticando las modas del mundo exterior a
ellos, tachándolas de provocadoras, representativas
de hombres y mujeres del mundo exterior que tienen
su sangre contaminada*. Vestir
de otra manera para ellos es completamente
humillante, pues mentalmente han sido sugestionadas
para repudiar nuestras costumbres y estilos. Por lo
tanto, logran aterrorizar a las niñas diciéndoles
que serán obligadas a cambiar sus estilos de ropa,
cortarse el cabello y maquillarse, todo ello es
considerado para ellas una transgresión. Representa
el ser recluidas del grupo supuestamente protector,
pero que en realidad es hostil. La hostilidad crea
un estado mental en el individuo que produce estados
de inseguridad, miedos y traumas aterrorizantes,
todo lo desconocido es aún más temeroso y se
refugian buscando la protección del agresor,
representante del poder y del control absoluto
dentro de su entorno en la secta. A esto se debe a
que la gran mayoría de los ex-sectarios en sectas
altamente destructivas padezcan de pesadillas, que
prevalecen por años y a veces hasta de por vida. En
realidad los adeptos se someten, muestran una
máscara y aparente felicidad para recibir la
aprobación, aceptación, afecto, respeto y hasta
reconocimiento de parte de su agresor; para lograrlo
tienen que mentir, pero la realidad detrás de todas
sus manifestaciones es que todo lo hacen inducidos
por el temor.
Estas personas se someten a la reglas impuestas
por el líder sectario, pero como en todas las sectas
las reglas son exclusivas para los adeptos. Cuando Warren Jeffs
fue capturado en el 2006, lo arrestaron en pantalones
cortos.
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